Hace unos minutos estaba bromeando con un cliente y éste me pide una Litrona. Se la sirvo y me dice "déjame al alcance unos cacahuetes". Inclino la cintura y echo hacia atrás la espalda, le digo "cógelos tú mismo".
En ese momento sale "M.E.B." del baño y me hace "yo te los cojo, yo te los cojos" mientras su mano se avecina sobre mis genitales. De nuevo, las arcadas invaden mi cuerpo y noto como la hiel sube por mi garganta.
Le cojo la mano y se la aparto, pero él repite. Mientras tanto el cliente con el que bromeaba solo ríe. Aquí se acaban las bromas por hoy, pues con M.E.B. en el bar, es imposible hacer nada sin que él se entrometa.
¿Nunca acabará esto?, es decir, ¿tan difícil es entender la palabra "olvídame"?, ¿tan complicado es lograr que alguien te deje en paz?
Creo que lo más complicado de todo es tener que aguantar estas cosas. Porque tranquilamente le habría roto la pata al muy hijo de puta. Lo más difícil en general es, en realidad, tener que mantener la compostura ya que actúo como gerente de un centro público.