Voy a narrar los mejores episodios de mi vida, los que más me han divertido y en los que más feliz me he sentido.
Episodio número 1.- Descubrimiento del metal.
Cuando tenía siete años, escuché algo que me encantó. Un grupo llamado Deep Purple. Una música excepcional y que variaba muchísimo de lo que mi niñera (ya que mis padres pasaban el día trabajando) solía escuchar en casa, cosas como Camela, Pimpinela, etc.
Ese día fue algo sublime, noté cómo el corazón empezaba a latir con un extraño ritmo. Ese ritmo tan básico de batería, ese solo de guitarra que inspira tantísimo sentimiento. Fue concretamente la versión de “Somewhere Over the Rainbow” del disco “Stand in Line” de Deep Purple.
Debo admitir que aún ahora cuando la escucho, se me ponen los pelos de punta.
Entonces decidí seguir escuchando esa música, aunque lo que he escuchado no ha variado demasiado desde entonces. Se puede decir que soy heavy desde los siete años.
Episodio número 2.- Descubrimiento de mi soledad.
A la edad de ocho años descubrí que estaba completamente solo. Que no tenía amigos ni dentro ni fuera de los muros del colegio. Tan solo tenía el incondicional amor que pueden proporcionar los padres.
¿Por qué me alegró esto? Porque vi que no los necesitaba. Mientras los niños de mi colegio jugaban al futbol, yo estaba leyendo en la biblioteca o charlando con los profesores. Mis “amigos” fueron los profesores a quienes ahora admiro tanto.
Recuerdo que un año, llegó una profesora nueva, una profesora que ya había tenido mi madre. Doña J. (omisión de nombres). Todos los alumnos la odiaban pues era peor que un limón verde (todo el mundo sabe que el limón, cuando está verde está agrio). No obstante, yo logré ganármela y debo confesar que no lo hice a posta pues nunca he sido un lameculos. La tuve de mi parte durante un curso y medio (me la gané durante la primera mitad del cuarto curso, ella nos dio tercero y cuarto de primeria).
Otra cosa de la que me alegro de aquella época fue el exceso de tiempo del que disponía. Yo hacía mis tareas en casa y luego, en vez de salir a jugar me quedaba estudiando por mi cuenta (yo jamás he estudiado para el colegio) o leyendo. Materias como astronomía, física, matemáticas, historia, y un extenso “etc.” Empezaron a interesarme a una muy corta edad.
Yo siempre he ido un curso por delante de mis compañeros. Jamás he estudiado para ningún examen (tan sólo atendía en clase). Siempre me ha gustado el colegio y lo que le concierne.
Episodio número 3.- Encuentro “amistades”.
A los trece años una parte de mi se alegró exageradamente cuando conocí a gente con quien salir y a quienes me atreví a llamar “amigos”.
Episodio número 4.- Cazas de pijos.
Con la nueva gente que había conocido, iniciamos unas cazas de pijos por toda Algemesí. Cierto es que no les hacíamos nada, pero solo por verlos aterrorizados mientras los perseguíamos corriendo delante de nosotros con nuestras cadenas, nuestras pulseras de pinchos y demás valía la pena arriesgarse a recibir un sermón de la policía.
Esta etapa duró poco, pues uno de los integrantes del grupo dejó de parecerle gracioso pronto.
Episodio número 5.- Huyendo de la policía.
Dos de los integrantes del grupo en el que iba (DBV y MLL) y yo decidimos irnos a los campos que rodean el camino a “La Chopera” desde Algemesí a encender unos MISTOS DE DURACIÓN (son cerillas que duran entre diez y quince minutos). Se me ocurrió que cando pasara un coche podríamos salir por detrás encorvados agitando unos palos alzados, como si se tratase de vagabundos o de monstruos horrendos. También procurábamos reproducir los gritos más estridentes posibles. Lo hicimos durante harto rato. Salíamos gritando con palos en llamas y un machete que traíamos (para cortar cañas).
De repente vemos que viene un coche blanco a lo lejos, nos escondemos en el campo de inmediato para repetir el proceso. Cuando pasa por delante de nosotros, MLL se asusta al ver que es la policía, que va mirando adentro del campo, y echa a correr campo adentro. La policía frena completamente en seco. DBV y yo nos quedamos mirándonos y cogemos carrera detrás de MLL.
Nos escondemos en el campo, entre los matorrales de hierba y vemos como la policía entra al campo con linterna, buscándonos. Cuando el policía se aleja, seguimos corriendo en dirección al pueblo (dirección al Colegio Cervantes desde el polideportivo). Mientras corremos vemos cómo llegan más coches de policía. De repente, MLL no está junto a nosotros.
Llegamos a una verja que nos impide el paso y desde la carretera oímos: ¡SALID! Así que decidimos salir.
En la carretera hay un policía con una linterna en la mano izquierda que sostiene un arma de fuego empuñada en la mano derecha. Debo reconocer que ese día casi mancho los calzoncillos y me consta que DBV lo hizo.
Cuando nos ve salir, enfunda su arma y avisa al resto de policías. Pude observar que la carretera había sido cortada y que había a lo largo del tramo cortado numerosos coches de policía. En total recuerdo haber contado tres coches de la Local, dos de la Nacional y un coche de la Guardia Civil.
La policía había acudido porque alguien había avisado al 112 de una posible violación en los alrededores, al ver una hoguera y oír numerosos gritos de mujer. Rápidamente comprendí que se trataba de uno de los vehículos al cual habíamos “asustado”, el que había llamado a emergencias.
Mi mente empezó a idear rápidamente una ligera pero convincente coartada que comprendiera el motivo de la huida de la autoridad. Naturalmente debía tener fallos y no debe sonar creíble, pues una coartada perfecta canta muchísimo a mentira. Los policías nos obligaron a llamar a MLL, que se reunió con nosotros en pocos segundos. Más tarde nos pidieron la identificación y nos preguntaron por lo sucedido.
P - ¿Qué hacéis aquí?
R - Venimos de pescar.
P - ¿Y las cañas?
R - Nos las han robado.
P - ¿Dónde?
R - En “La Chopera”.
P - ¿Por qué huíais?
R - Nos hemos metido en el campo al ver el coche blanco acercarse pues han sido unos chicos con un Seat blanco los que nos han quitado las cañas de pesca. Estaban bebidos y nos han amenazado con darnos una paliza si nos volvían a ver. Él (refiriéndome a MLL) ha comenzado a correr al ver que era la policía, supongo que se habrá asustado. Nosotros lo hemos seguido por inercia.
P - ¿Son estas horas de ir a pescar?
R - Venimos de pescar anguila, la anguila se pesca de noche (y si llueve mejor).
P - Han llamado al 112 porque han avistado una hoguera y han oído gritos de mujer, ¿habéis oído algo?
R - Sí, en el polideportivo se oyen gritos de chicas y de chicos (esto es real, en el polideportivo, a unos setecientos metros de donde estábamos nosotros, se oían gritos de gente, parecía que estaban entrenando para algo, pero pasaban ya de las doce de la madrugada), supongo que estarán jugando a algo.
P - Sois los tres menores, así que marchaos a casa, coged la carretera e id en fila y por el lado izquierdo.
R - ¿Nos pueden llevar al pueblo?, es pos si nos topamos con los chicos.
P - Nosotros ahora haremos una barrida por la zona para revisar indicios de fuego y de paso buscaremos el Seat.
R - Buenas noches.
Seguimos por la carretera hacia casa, andando mientras, uno de los coches que permanecía allí nos acompañaba durante un trozo del camino. El otro coche que se había quedado se adentró en los campos.
Lo que más me satisfizo de esta experiencia es que vinieron seis coches a buscarnos… seis coches a dos policías por coche como mínimo (los policías nunca van solos en un choche patrulla y menos de noche) hacen un total de doce agentes. Y lo que detuvo nuestra huida fue una verja…
Puede que si la verja no hubiera estado, no me lo hubiera pasado tan bien…, no sé…
Episodio número 6.- Me separo del grupo.
Uno de los episodios de los que más me enorgullezco. Cuando mis “amigos” empezaron a jugar con porros y pastillas, decidí que aquello no era para mí y me separé de ellos. A los tres meses vuelvo a salir con ellos pero todo ha cambiado. A pesar de invitarme ellos a volver con ellos, empiezan a hablar mal de mí. Todos me cuentan sus problemas con los demás, todos odian a todos pero cuando están juntos son todos hermanitos del alma.
Decido irme del grupo definitivamente. Ellos siguen criticándome durante los meses consecutivos.
Episodio número 7.- ¡¡BENDITO SEA TUENTI!!
Un día, trasteando entre las fotos de los contactos de mis contactos, contacto con una persona de forma fortuita. Le doy mi MSN (dark__angelus@hotmail.es) y empezamos a hablar en serio.
Le cuento parte de lo que me atormentaba y ella a mí igual. Me pide consejo sobre su relación sentimental. No me gusta dar consejos sobre este tipo de cosas porque si luego pasa algo no quiero ser responsable de nada. No obstante, ella insiste tanto que la aconsejo.
El grupo con el que dejé de ir empieza a hablarle mal de mí. Cualquier otra persona habría dejado de hablarme si hubiera hecho caso a lo que “el grupo” decía de mi persona, pero ella no. Se niega a creer lo que numerosas personas le cuentan sin conocerme de nada.
Pasados varios meses, ella se convierte en una parte de mi mundo. Empieza a ser la cumbre de mi templo. Un día, envuelto en pánico, decido enviarle un mensaje de texto (SMS) jugándome la cumbre a cara o cruz. Afortunadamente, acierto al lanzar la moneda.
A día de hoy ha dejado de ser parte de mi mundo para convertirse en todo mi universo. Ha dejado de ser la cumbre de mi templo para convertirse los cimientos de mi existencia.
¡¡BENDITO SEA TUENTI!!
Capítulo número 8.- Un deseo…
El capítulo número ocho no está escrito.
Lo que deseo que suceda en él es vivir hasta el final como lo hago en el presente. A su lado, por y para ella.