domingo, 12 de diciembre de 2010

Ni destino ni procedencia.


Hace varias semanas, el Papa era viajero de alto coste en España. La Xunta de Galicia confesó que le costó tres millones de euros de dinero público que el Papa pasara unas horas en Santiago. La Generalitat no dio datos del coste de la estancia en Barcelona. Ignoramos el total.

Esto no va del Papa, sino de lo que cuesta viajar. No crean que hay ofertas y vuelos baratos. Desde que empezó la crisis que iba a acabar con el capitalismo bursátil y está devorando el estado de bienestar ha habido cinco cumbres del G-20, un foro de cooperación y consultas entre los países más poderosos para temas relacionados con el sistema financiero internacional. Esos viajes se pagan con los impuestos y ahora también con la bajada de los sueldos de los funcionarios.

Una de esas cumbres es como lo que era antes la boda de una hija por todo lo alto pero le suma al dispendio el insulto a un vecindario que ve su ciudad tomada policial y militarmente. Al principio, en esos cónclaves todo era voluntad cooperativa pero ahora cuanto más se reúnen más tienen al <<sálvese quien pueda>>.  Llegan queriendo gravar mínimamente el movimiento de capitales para contener a los especuladores y, acaso por falta de oxígeno en la cumbre, regresan a casa defendiendo salarios más bajos, tiempos de cotización más altos, despidos libres y cosas así.

El G-20 puede hacer su próxima reunión donde quiera pero, mientras no actúe contra el casino virtual en que se ha convertido el planeta, no hay dónde ir. Es el desconcierto, ni se sabe dónde se está. Un mes se oye que esto no es Grecia; otro, que tampoco es Portugal; de golpe te enteras de que no estás en Irlanda. Nadie quita de detrás de la oreja la mosca de que esto va a acabar siendo España o Italia, porque lo dicen las apuestas.

No se sabe dónde se está, no hay dónde ir y da igual lo que se haga: si los apostadores ganan jugando a que pierdas es muy posible que pierdas.


Fuente: Levante EMV

Tabaquismo.


En las últimas semanas se ha estado hablando mucho sobre el tema que concierne ahora a los establecimientos públicos del sector hostelero respecto al tabaco.

Según se ha dicho, para el primer día del año entrante quedará prohibido el consumo de tabaco en centros hosteleros, así como en playas y en vehículos en los que se encuentren menores de edad.

Cabe decir que esto es mentira. Esta ley no existe aún. Esta ley aún debe pasar por el senado para que pueda llevarse a cabo. Si allí se rechazara iría de nuevo al pleno del congreso donde debería ser aprobado nuevamente y regresaría al senado.

El estado quiere “proteger” a la gente que no fuma de la gente que sí lo hace. Personalmente no fumo y apruebo esta iniciativa, pero no cómo se va a llevar a cabo. Sólo en tres países de los veintisiete que la conforman está prohibido fumar en locales hosteleros. De los cuales, de dos ya se han obtenido cifras desastrosas del resultado:

- Irlanda (Marzo de 2004): en cuatro años se han cerrado el 24,5% de bares y el 8,7% de restaurantes (datos del gobierno irlandés).
- Gran Bretaña (Julio de 2007): en treinta y tres meses, el 7,5% de pubs han sido cerrados (datos de la asociación británica de pubs).

La Unión Europea no exige la prohibición de fumar en la hostelería. El pasado mes de Junio, el presidente de la Comisión Europea contestó a un Europarlamentario, “la Comisión no tiene ninguna intención de prohibir fumar en bares y restaurantes de los países de la Unión”.

Se quiere prohibir fumar en la hostelería, pero se aumentan los puntos de venta de tabaco en lugares como quioscos, gasolineras y hasta algunos supermercados. Además se subvenciona el cultivo de tabaco. ¿Es una ley contra el tabaco o contra la hostelería? De cada paquete de tabaco que se vende, el estado obtiene cerca del 55% de su precio, es decir, que se cada euro que se gasta en tabaco, cincuenta y cinco céntimos van para el estado. Si un paquete de “Ducados Negro” a día de hoy (XI/XII/MMX) vale 4€; 2,2€ van al estado. Parece que lo importante no es que los ciudadanos dejen de fumar, sino que no lo hagan en la hostelería.

Aprobar una ley así supondrá enviar al paro a miles de trabajadores. Miles de camareros y cocineros serán despedidos. Los autónomos cerrarán sus puertas ¿Si un autónomo cierra, de qué come su familia? No puede traspasar ni vender el local, no encuentra trabajo y, claro, al ser autónomo no tiene derecho a paro.

Los bares y restaurantes son el centro de la relación social que más define el estilo de vida español. España es el primer país del mundo en turismo vacacional. El ocio nocturno, los bares y la gastronomía española son lo más valorado por los turistas que nos visitan. Si se prohíbe fumar en centros hosteleros todo eso se acabará.

La gente que va a trabajar por la mañana entra a un bar a tomar café mientras fuma un cigarro. Si para fumarlo debe salir a la calle acabará por no ir al bar.

Como ya he dicho antes, todo esto no está aprobado todavía… ¿y por qué se afirma ya que el I/I/MMXI se prohibirá? Por lo mismo de siempre. Las televisiones y periódicos tienden a manipular la mente de los ciudadanos, de aquellos que creen todo lo que oyen. De hecho, los actuales “periodistas” son expertos en moldear la mente de la gente que a diario los ve.

Estos “periodistas” (o payasos que para el caso es lo mismo) son aquellos que inventan estadísticas que nadie puede comprobar para que su trabajo resulte más… ¿bonito? Lo que hacen con la gente es hacerlos creer algo que no es cierto obligándonos a confiar en sus palabras creyendo que tienen toda la información mundial al alcance de sus dedos y por tanto, no van a mentirnos.

Esos payasos son los que crean bulos (como afirmar que se va a prohibir fumar en la hostelería antes de que el senado haya aprobado nada similar) para ver el impacto que tiene sobre la ciega sociedad mientras se mofan de nuestra credulidad ante sus vacías palabras y esperan que la gente nunca se dé cuenta de lo que sucede realmente a nuestra vera.

Esta sociedad está cimentada sobre cadáveres de mentiras que se amontonan bajo nuestros pies y a los cuales negamos una triste mirada. Tal vez, si la gente estuviera un poco más informada sobre lo que sucede realmente en el mundo, dejaría ese estado de inconsciencia y volverían al mundo real. Tal vez dejarían de estar conectados a esa gran “Matrix” de la cual yo me desconecté hace mucho. Esa gran “Matrix” que en la película se pintó como una realidad virtual (simbolizando nuestra sociedad) aportada por un gran ordenador que se alimentaba de los humanos como hacen los gobiernos mundiales con nuestra libertad de pensamiento y con nuestro libre albedrío al engañar todos nuestros ideales a su voluntad.

A todos esos pobres ciegos (y no me refiero a ciegos literalmente, sino a aquella gente que se niega a ver) le recomiendo que lea un poco más, y no solo literatura. Que se informe de qué sucede a su alrededor antes de abrir la boca. A toda esa gente les pido que no divulguen aquello que no conocen y les exijo que lean un libro antes de atreverse a comentarlo.

¿Todo, todo, todo "Zapatero"?


Hoy ha sido un día donde se me han cruzado los cables y he acosado a un cliente de forma abusiva y salvaje.

Hoy se ha comentado en el bar que el atentado terrorista que ayer protagonizaron los controladores aéreos (¿atentado terrorista?, claro que sí, le arrebataron al país el cielo y dejaron ciegos todos los aparatos que sobrevolaban España), era culpa de “Zapatero”.

No he podido aguantarme y me he levantado de la mesa. He ido detrás de la barra a morderme la lengua todo cuanto podía pero finalmente he estallado. No voy a poner todo lo que le he dicho.

La gente culpa de cualquier cosa al presidente estatal. Si llueve es culpa de “Zapatero”, si nieva es culpa de “Zapatero”, si hay niebla es culpa de “Zapatero”, si hace frío es culpa de “Zapatero”, si hace calor es culpa de “Zapatero”, si hace bueno es culpa de “Zapatero”, si hace sol es culpa de “Zapatero”, etc.

¿Acaso no se da cuenta la gente de que cualquier medida pensada por el gobierno debe pasar por una serie de procesos y finalmente ser aprobada mayoritariamente antes de ser llevada a la práctica? ¿Acaso la gente no ve que el ex presidente Aznar no puso subvenciones a las mujeres embarazadas hasta que su propia hija quedó embarazada? En mi pueblo, eso es arrimarse al árbol que más cobija.

Cuan contenta estaba la gente cuando el presidente aumentó el salario mínimo, cuando aumentó las pensiones, etc. ¿Ahora qué? ¿A nadie le parece bien eso ya?

El problema de la gente es que se esfuerza en criticar una cara. La cara de un hombre llamado “Jose Luis Rodríguez Zapatero” omitiendo todo lo que hay detrás. Y eso es algo que realmente me saca de quicio. No porque yo sea socialista (nada que ver, de hecho, tampoco yo apruebo muchas de las cosas que se hacen desde el gobierno en nombre del socialismo, como por ejemplo dar dos mil seiscientos millones de euros a Irlanda para que ellos salgan de su crisis, cuando en España la gente está “muriendo de hambre”) sino porque se niegan a entender que no hay culpables de la crisis, que la crisis HA SIDO MUNDIAL.

Si en España hubiera algún culpable de nuestra actual economía sería sin duda alguna la red bancaria española. Esos bancos a los que vas a pedir un préstamo de doce mil euros para comprarte un coche y empiezan a liarte haciéndote contratar finalmente un préstamo de dieciséis mil euros. Dinero del que, por supuesto, el banco no puede responder, ya que uno de los problemas ha sido ese, que los bancos han otorgado más dinero del que disponían.

Pero eso la gente no lo ve.

Tampoco ven a aquellos que, por ejemplo, están trabajando legalmente, con su contratito y todo y los fines de semana, durante sus vacaciones, las tardes libres, etc., están haciendo trabajos alternos en negro, es decir, en B. Ese dinero que obtienen las familias de manera oculta y que no pasa por ninguna regulación estatal (no cotiza) es lo que hace que de pronto empiece a escasear el dinero en el estado. Todo esto sumado al elevado número de gente extranjera que envía una porción de su salario a sus países de origen (a sus familias, algo que me parece normal y desde cierta perspectiva totalmente correcto) impidiendo así que el dinero ruede.

¿Ruede?

Explicación (cifras aleatorias).
Ciudadano común: Salario - impuestos (100€ que van al estado) = 600€  à  Comprar objetos = 600€  à  El empresario obtiene beneficios  à  Siguiente salario.

Ciudadano “corrupto”: Salario ¿? Impuestos (no hay nada para el estado) = 600€  à  Comprar objetos = 600€  à  El empresario obtiene beneficios  à  Siguiente salario.

Ciudadano extranjero con papeles: Salario - impuestos (100€ que van al estado) = 600€  à  Envía una parte al extranjero = 400€  à  Comprar objetos = 200€  à  El empresario obtiene beneficios  à  No hay para un siguiente salario.

Ciudadano extranjero sin papeles: Salario ¿? Impuestos (no hay nada para el estado) = 300€  à  Envía una parte al extranjero = 200€  à  Comprar objetos = 100€  à  El empresario obtiene beneficios  à No hay para un siguiente salario.

Queda totalmente claro que NUNCA va a seguir esta regla. De hecho, puede que MUY pocas veces ocurra esto. No obstante, ¿se observa con claridad a lo que me refiero?

La culpa de que España no tenga fondos no es ni de lejos de “Zapatero”. La culpa de que España no tenga fondos es de aquellos empresarios que contratan a extranjeros a un precio basura. Es de esos perros negreros que mantienen a un ser humano catorce horas bajo el sol para pagarle seis euros al día (exageración). Y siento repetirme, sé que esto ya lo he publicado con anterioridad (el tema de los empresarios) pero es que es ese el problema de este estado y lo va a seguir siendo mientras el gobierno siga permitiéndolo o mientras siga viniendo gente del extranjero que poder explotar.

No creo que las mentes cerradas o capitalistas podáis entender esta entrada y no espero que estéis conforme con mi opinión (tampoco quiero que lo estéis). Francamente me importa una polla. Por mí, podéis meteros una bombilla en la boca, pegar la cara al culo de un caballo y esperar hasta que la bombilla os reviente en la boca con un pedo del animalito.

El Contrato.

Ahora que mi vida toca a su fin, quiero contaros lo que me sucedió aquella noche.

Hacía unos meses que todo carecía de sentido para mí. Alicia, mi dulce y bella esposa, se moría y nadie en el mundo podía evitarlo. No creo ser capaz de expresar con palabras el dolor que yo sentía. Tal vez lo comprendáis si os digo que era como una pesada losa cobre mi espalda que, día a día, me aplastaba cada vez un poco más.

Cuando sabes que un ser amado se muere y lo ves marchitarse lentamente, también algo se muere dentro de ti. Soledad amarga la que nos invade ante el olor de la muere. Porque la muerte huele. No se deja ver nunca, mas se nota su presencia. Se mueve muy despacio por todos los rincones, oscuro y silencioso. Con su manto invisible nubla nuestras mentes, dejando sólo tristeza, amargura y, sobre todo, terrible impotencia ante lo inevitable, ante lo que nunca nadie está totalmente preparado.

Alicia siempre restó importancia a aquellas molestias. Nunca se preocupó hasta que fue demasiado tarde. ¿Cómo pude estar tan ciego? ¿Por qué nunca sospeché nada? Lo que realmente me obsesionaba, lo que no podía quitarme de la cabeza, era el hecho de que un simple chequeo médico a tiempo la habría salvado.

Aquella noche, como tantas otras, sentado frente a la chimenea imaginé que pedíamos hora para una consulta: análisis, radiografías, una sencilla operación y al final, sólo un pequeño susto que el tiempo se habría encargado de borrar. También como cada noche, desperté de mi fantasía para caer nuevamente en la triste realidad. No se puede volver atrás en el tiempo. Al menos, eso creía yo.

Arropado por el cálido resplandor de las llamas en el hogar y con la complicidad de las tinieblas nocturnas, me eché a llorar como un niño. Mas mi llanto no logró calmar la rabia ni el dolor. Quería desahogarme a toda costa, romper algo si era preciso. Mis nervios se crispaban por momentos y todos los músculos de mi cuerpo adquirían poco a poco una tensión inusitada.

Clavé los dedos en la tapicería del sillón y apreté con fuerza las mandíbulas hasta que las oí crujir. El cerebro me estallaba. Entonces perdí el sentido.

Ignoro si aquel desvanecimiento tuvo algo que ver con lo que sucedió a continuación. Doy mi palabra de que jamás me inicié en rito satánico alguno ni practiqué o tuve contacto con la magia negra. Por tanto, aún hoy sigo preguntándome cómo y por qué esa noche apareció el diablo en el interior de mi chimenea. Aunque supongo que eso ya carece de importancia.

-Creo que necesitas ayuda. Yo te la puedo prestar si estás dispuesto a pagar el precio.

No hubo tiempo ni lugar para la incredulidad o el miedo. Aquellas palabras suponían el renacer de una ilusión perdida hacía mucho y que nunca antes soñé recuperar.

- ¿Puedes sanar a mi esposa?

- ¿Por quién me has tomado? ¡Yo soy el diablo! ¡Provoco enfermedades, jamás las curo! Sin embargo, puedo concederte poder sobre las personas, sobre el espacio y… sobre el tiempo.

“Ya está – pensé – Esta ocasión no se presentará dos veces. Es mi única esperanza”.

- Quiero volver al pasado. Pagaré lo que sea.

- Muy bien. Firma este contrato.

Firmé, como no. Y mi propia sangre selló el pacto. El precio, mi alma inmortal. Tal vez un sacrificio demasiado grande, si se medita con calma, pero ¿qué habríais hecho en mi lugar?

De súbito, las manecillas del reloj comenzaron a girar muy rápidamente en sentido contrario. A través del ventanal, las luces de los días y las sombras de las noches se alteraban a una velocidad increíble. Sentí vértigo y casi creí volverme loco, mientras infinidad de brillos y destellos relampagueaban a mi alrededor, cambiando de color e intensidad sin pausa ni medida.

Cuando todo volvió a la normalidad, vi que ya no era de noche ni me hallaba en el salón de mi casa. Estaba sentado en un banco de madera bajo la sombra de un árbol, y tenía un periódico entre las manos. ¡La fecha era de diez años atrás!

No volví a saber de aquel ser demoníaco, pero algún día sé que nos encontraremos de nuevo. Es lo justo. Él ha cumplido su parte del pacto y supongo que no es culpa suya si el destino ha querido jugarme una mala pasada. O tal vez sí.

Pero eso ya no importa. Nada importa ya. Veréis lo que me sucedió.

Podréis imaginaros mi alegría al recuperar a Alicia. No todo el mundo tiene una segunda oportunidad en la vida y yo no estaba dispuesto a desaprovecharla. Pasamos unos años maravillosos, con la tranquilidad de conocer nuestro futuro. Naturalmente, nunca le conté a ella mi secreto. ¿Cómo le diríais a vuestra esposa que habéis vendido el alma al diablo?

Al principio, con motivo de que Alicia no llegase a sospechar nada raro, ambos acudíamos periódicamente a una clínica donde nos practicaban un reconocimiento médico exhaustivo. Luego poco a poco fui consiguiendo que se acostumbrara a ir sola. Lo cierto es que los dichosos chequeos me salían por un ojo de la cara. Por supuesto, no era cuestión de preocuparse por el dinero, pero no había necesidad de malgastarlo. Ella era la predestinada a enfermar, no yo. De eso siempre estuve totalmente convencido. ¡Qué idiota fui…!

Son ya siete las semanas que llevo desahuciado. No tengo fuerzas para levantarme de la cama, ni para comer, ni siquiera para hablar. Paso los días amorronado. Al menos, los calmantes van bien para el dolor. ¡Qué ironía! ¡Qué gran sacrificio para salvarla a ella y ahora soy yo el que está esperando la muerte! Pobre Alicia, lleva horas velándome. Y así todos los días. Si me quedara aliento le diría que se marchase a descansar, que no vale la pena permanecer aquí, amargándose.

Sé lo mal que lo estará pasando. Yo estuve una vez en su lugar. Pero pronto dejará de sufrir. Siento que se acerque mi muerte. ¡Dios mío, qué me espera después! ¿Qué es lo que hice? No es justo. No es justo. Ya casi… no puedo pensar… Tengo… sueño… Es el fin… Adiós, Alicia, mi amor.

¡Qué sensación más agradable! Siento como si flotara. Veo una luz maravillosa y me dirijo hacia ella. Es increíble. Me encuentro tan bien, tan bien… ¡No! ¿Qué está pasando? ¡Algo me aparta de la luz! ¡Me arrastra, me atrae a las tinieblas! ¡Oh, pero miro abajo! ¡Si soy yo! ¡Y Alicia! ¡Ayúdame, no quiero ir al infierno, no quiero! ¿Cómo? ¿Qué es lo que tratas de decirme?

- No sé si aún puedes escucharme, pero necesito aliviar mi conciencia aunque sea tarde ya. Una vez estuve muy, muy enferma. Sabía que iba a morir. Y mientras yo sufría lo indecible, tú parecías tan sano, tan lleno de vida… Perdóname, cariño, pero ¡llegué a odiarte tanto! Así que ¿puedes creerlo? Vendí mi alma al diablo a cambio de que el mal pasara a ti. Perdóname si puedes. No sabía lo que hacía. En ese estado no se piensa racionalmente. Sabe Dios que me he arrepentido mil veces desde entonces, pero lo hecho, hecho está. Al menos tú tendrás descanso donde quiera que estés. A mí me espera la condenación eterna.

Los horrores que aquí estoy padeciendo no pueden compararse con ningún dolor humano. Sufro terriblemente y no cabe esperar alivio ni en el desmayo ni en la muerte, porque yo estoy muerto. Y así será por toda la eternidad. Sin embargo, aún tengo fuerzas para reír a carcajadas, con tal estruendo que incluso el diablo se asusta de mí.

Río pensando en el momento en que mi querida esposa, a quien tanto amé y por quién tanto di venga a hacerme compañía.