Me levanté corriendo, me puse los pantalones por la cabeza y la camisa por una pierna. Al levantarme me golpeé la rodilla contra el escritorio y caí sobre el mueble de la impresora. Quedó hecho añicos. Salí de la habitación chocando contra la puerta (que alguien me diga quién coño cierra mi puerta, ¡porque yo no!). La abrí y salí veloz hacia el pasillo.
Pisé a una de las gatas que tengo y del susto me abalancé sobre el sillón, arrollando la caja de cartón que había sobre él, llena de papeles importantes. Me levanté con ímpetu y seguí mi camino hacia la puerta del bar, chocando con dos congeladores que hay al girar el pasillo. Uno de ellos me golpeó el dedo pequeño del pie.
Tras maldecir lo más sagrado continué caminando como podía, cogí las llaves del bar y el mando de la alarma para apagarla cuando todo terminara. Cabe decir que todo lo hice sin encender una puta luz.
La alarma seguí pitando y yo me preocupaba así que debía seguir avanzando. A trompicones iba yo por el pasillo, chocando de pared en pared cual borracho yendo a casa. El resultado fueron un cuadro a medio descolgar y otro en tierra, ninguno de los dos rotos. Por error me apoyé en el cuarto de la limpieza. La puerta, que no cierra bien, se abrió de golpe y caí dentro doblándome dos dedos de la mano derecha (nada grave). Noté como la escoba se me metió por el culo y fue cuando me levanté de golpe.
Cuando llegué a la puerta fue una odisea encontrar la llave que separa el bar de la casa. De pronto me sentí rabioso y empecé a probarlas todas en vez de ir tocándolas una a una. La que no valía la reventaba contra el suelo.
Abro la puerta de golpe y me percato de lo increíble.
Estaba sonando la alarma de otro local…
Pisé a una de las gatas que tengo y del susto me abalancé sobre el sillón, arrollando la caja de cartón que había sobre él, llena de papeles importantes. Me levanté con ímpetu y seguí mi camino hacia la puerta del bar, chocando con dos congeladores que hay al girar el pasillo. Uno de ellos me golpeó el dedo pequeño del pie.
Tras maldecir lo más sagrado continué caminando como podía, cogí las llaves del bar y el mando de la alarma para apagarla cuando todo terminara. Cabe decir que todo lo hice sin encender una puta luz.
La alarma seguí pitando y yo me preocupaba así que debía seguir avanzando. A trompicones iba yo por el pasillo, chocando de pared en pared cual borracho yendo a casa. El resultado fueron un cuadro a medio descolgar y otro en tierra, ninguno de los dos rotos. Por error me apoyé en el cuarto de la limpieza. La puerta, que no cierra bien, se abrió de golpe y caí dentro doblándome dos dedos de la mano derecha (nada grave). Noté como la escoba se me metió por el culo y fue cuando me levanté de golpe.
Cuando llegué a la puerta fue una odisea encontrar la llave que separa el bar de la casa. De pronto me sentí rabioso y empecé a probarlas todas en vez de ir tocándolas una a una. La que no valía la reventaba contra el suelo.
Abro la puerta de golpe y me percato de lo increíble.
Estaba sonando la alarma de otro local…